Cuando me preguntan cuál es un buen lugar para comprar juguetes suelo responder: un bazar. Ahí es donde encuentro maravillosos objetos lúdicos que son muy valorados por todos los pequñines en La Casa Naranja y los compro específicamente como juguetes. De a poco, algunos de ellos terminaron cumpliendo su función original (o algo así) en mi cocina. Te muestro 7 de ellos:







Me enloquezco en las góndolas del supermecardo con los tupper, los cucharones, las esponjas, las palanganas, canastas, posavasos y tarros plásticos transparentes con tapa a rosca… En todos ellos veo un excelente juguete porque:
- Son económicos
- Son seguros
- Son pasivos
- Son didácticos
Por ejemplo: un objeto lúdico sumamente valioso que favorece la iniciativa, la creatividad, la perseverancia, la motricidad fina, la coordinacion, la exploración sensorial y física así como la capacidad de clasificación y el desarrollo del pensamiento lógico (entre otras cosas) se vendería en las jugueterías por una fortuna. Pero es muy económico y vale menos de 20 pesos porque es simplemente un rociador para planchar de los antiguos: con tapita agujereada y a rosca.
Está pensado para humedecer la ropa al planchar y nadie quiere gastar fortunas en eso. Lo bueno es que los chicos no piensan para qué están pensados los objetos, les dan un uso auténtico, versátil y original.
Mientras más pasivo sea un objeto, más podrá hacer el chico por sí mismo usándolo para jugar. Mientras más cosas haga un juguete como sonar, iluminar, moverse más pasivo (y muchas veces desconcertado) deja al niño. En las jugueterías nos quieren vender todo tipo de juguetes como si los bebés los necesitaran, pero ¡no solo no es cierto sino que a veces son contraproducentes!
Respecto a la seguridad, los objetos de bazar suelen ser muy seguros porque están hechos con materiales aptos para contener alimentos (siempre y cuando no sean demasiado pequeños para los bebés que aun exploran con la boca). Lamentablemente no se puede decir lo mismo de los plásticos con que están hechos muchos de los juguetes ofrecidos en el mercado y es muy poca la información que hay al respecto pese a su gran relevancia para la salud de nuestros hijos.
Los objetos de bazar también son sumamente didácticos porque representan la cotidianeidad de la cultura en la que el bebé y el niño se está desarrollando y que está deseoso de aprehender, de decodificar, comprender y apropiarse de las habilidades necesarias para manipular estos objetos con destreza. Pero además, son didácticos porque favorecen que el niño tenga la posibilidad de adquirir nuevos conocimientos prácticos basado en la constante exploración y experimentación de las acciones y sus reacciones, de la reversibilidad de los procesos (poner y sacar y volver a poner, por ejemplo), de la irreversibilidad de otros procesos (harina con agua se puede convertir en masa), de las características de los materiales, de la relación tamaño/peso de los objetos y de la fuerza que es necesario aplicar en cada caso para manipularlos, etc. NO HACE FALTA que diga «Didáctico» o «Educativo» para que un chico aprenda… Es más, yo desconfiaría de ese tipo de avisos en los juguetes y productos para niños porque muchas veces resultan ser todo lo contrario (tengo varios ejemplos emblemáticos, otro día les cuento lo de Baby Einstein y lo de los andadores en Canadá).
Bueno, hasta acá lo que quería compartir hoy. Pero no me puedo aguantar las ganas de mostrarles algo más, algo que encontré buscando las fotos para este artículo y que tal vez vaya a parar directo a mi cocina sin pasar previamente por el «campo de entrenamiento» como juguete:

¡Qué buena idea! Seguro que lo inventó alguien a quien de chiquito lo dejaron jugar con las cosas simples de la cocina 😉
¡¡Me gustaría mucho que me cuentes cuáles son los objetos lúdicos favoritos de tus hijos que no fueron pensados originalmente como juguetes!!! Podés hacerlo en el sector habilitado para los comentarios.
Que lindas ideas!!! Con Ara juntamos las tapas de plastico de cualquier botella (mas bien de la leche, cafe, las grandes), y ella despues arma arcoiris, las alinea en el piso por color y va haciendo formas 😉
ah qué linda idea!!! Me encantaría ver foto! Gracias Carito por compartir. Beso!
Cuantas buenas ideas! Es cierto… Todas esas cosas son perfectos juguetes. Porque encasillarlos? Me encantó el artículo.
Sí!! Y hay tantos «juguetes» más!! Gracias por compartir tu comentario 🙂
Mi madre nos crió a los nueve hijos entre cucharones, cacerolas y bowls plásticos…tengo muy presente el sonido de «concierto» que han dado mis hermanos y yo retumbando entre olores y vapores exquisitos. Gracias! …asi hice también con mis tres hijas y ahora mi nieta y las tapitas, los rollos de cocina o papel higiénico ,cuando se terminan, van a parar a una «caja para crear arte» que está disponible para que la imaginación vuele a su antojo. Celina de Argentina.
Muy buenas ideas! A mi hijo de dos años le encanta jugar con el embudo, pasando líquido de una botella de plástico vacío a la otra. Si son chuquitas como la de esencia de vainilla mucho mejor! Y también apilar y sacar los moldes individuales de colores para hacer flan. Saludos!