«Mamá me frenó antes de estar enojada. Parece tener confianza y sabe como cuidarme». Aprender a mirar a los hijos con nuevos ojos.

placa respeto convierte limites en vínculo Un cauce contiene y permite que el río fluya. La superficie de encuentro entre el caudal de agua y el cauce es un límite, es cierto. Pero también es un punto de contacto, de encuentro. El cauce no quiere ser río. No quiere vivir por él su destino. El río no quiere ser cauce, no puede dejar de ser sí mismo. En lo natural, los límites son vínculo porque el código de la naturaleza es el respeto y el equilibrio. Así, el encuentro entre el río y su cauce es un intersticio donde dos elementos se relacionan, sin perder su identidad, sin dejar de ser quien cada uno es.

En los bebés y niños corre como un torrente irrefrenable el impulso por ser y por devenir. Concentrados sin distracción en expandir sus habilidades, sus horizontes, su comprensión de sí mismos y del mundo en el que les toca crecer buscan llegar al límite una y otra vez.

Pero no para sobrepasarlo.

O no del todo. No. Eso haría que su fuerza y su identidad se diluyeran, que perdieran identidad y quedaran desbordados, sin un destino hacia donde avanzar. Buscan el ímite una y otra vez para saber que hay un adulto con la fuerza y la confianza suficientes como para brindarles el sostén y la contención que necesitan para seguir fluyendo.

Tampoco es para poner a prueba al adulto. No hay por qué tomárselo personal.

No. En absoluto. Eso haría que el adulto se resintiera y se sintiera ofendido cuando en verdad lo que el niño está haciendo no es en contra de nadie, sino a favor de su propio ser. Poner a prueba los límites responde a una necesidad de desarrollo que brinda contención y reasegura la confianza en que son los adultos quienes están al mando. Cuando podemos entender esto estamos en condiciones de liberar el enojo y ofrecer los límites con firmeza y serenidad, como quien brinda un abrazo auténtico. El niño, sintiéndose comprendido y contenido, suspira su alivio y se vuelve a enfocar en su meta: fluir incansablemente en su humanidad hasta alcanzar con libertad su propio mar.


Vamos a compartir en detalle esta mirada en el próximo encuentro del Círculo de Crianza el sábado 18/10/14:

«Mirar a tu hijo con nuevos ojos»
Cómo favorecer el pleno despliegue de su potencial.

Hacé click acá para ver el TEMARIO del encuentro.

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