Es cierto que ser padres se trata de un trabajo de tiempo completo, ad-honorem y de por vida. Sin embargo puede que la recompensa bien valga la pena el sacrificio.
Sobre todo si además de cumplir con las innumerables obligaciones diarias tanto madres como padres nos proponemos con educar a nuestros hijos a conciencia, determinación y sinceridad.
Esta es una misión posible y tan solo hacen falta ciertos ingredientes esenciales para poder ser alcanzada de manera satisfactoria. Tal vez sean solo tres: dedicación, verdad y amor.
En el camino habrá lugar para muchas sorpresas y probablemente la primera de ellas sea descubrir que somos nosotros mismos los que más estamos aprendiendo, revisando los propios orígenes y creando a partir de ellos nuevos sentidos.
No se nace sabiendo ser padres. Tampoco se llega a la vida sabiendo ser hijo. Es una construcción, un territorio a ser recorrido.
Un niño cuyos padres están dispuestos a asumir esta aventura con sinceridad y coherencia estará bien preparado para la vida misma y contará con los recursos necesarios para tomar decisiones, enfrentar desafíos y perseverar con determinación en la búsqueda de su propia felicidad.
De esto se trata, en definitiva, educar para la vida.
Más lecturas sobre el tema: Serie Criar en Positivo.
Crianza y educación en tiempos postmodernos. Muchas preguntas, poco tiempo para hallar respuestas. (Serie Criar en Positivo – 1º entrega)
Los desacuerdos primarios y su influencia en la educación de nuestros hijos. (Serie Criar en Positivo – 2° entrega)
Educar para la felicidad. (Serie Criar en Positivo – 3° entrega).
Si quisieras formar parte de un grupo de madres y padres que indagan estos temas en forma comprometida tal vez también te interese: Círculo de Crianza en La Casa Naranja