Tal vez no vivas en Buenos Aires. Pero no importa. Aunque este artículo comente sobre un pequeño mercado ubicado los sábados en la estación San Fernando del tren que va a Tigre en el Gran Buenos Aires, creo que las ideas aquí presentadas te van a gustar igual.
Ayer, al leer las novedades de Hacer Comunidad algo llamó especialmente la atención de mi mirada. Hubo una foto que me causó curiosidad, leí la breve síntesis anexa, hice click en el link y, ¡voila!, se desplegó una noticia con la que sueño desde hace tiempo: un mercado de productores natural, orgánico y sustentable que fortalece el consumo responsable.
En su web www.sabelatierra.com los responsables del mercado dicen de sí mismos:
«Desde Sabe la Tierra hemos dado nacimiento a una Red de Consumidores Responsablescon el objetivo de promover una alternativa de consumo más en consonancia con la Naturaleza. Apoyamos la compra de productos agroecológicos, orgánicos certificados, provenientes del trabajo cooperativo, libres de agroquímicos, fertilizantes y transgénicos. Fomentamos el desarrollo local y priorizamos la compra de productos directamente a los pequeños productores de la zona. Quienes estén interesados en formar parte de la Red o crear sus propios grupos de consumo barrial, se pueden contactar con nosotros a info@sabelatierra.com«
Coincidentemente esta semana escuché por primera vez la expresión «comercio justo» por lo que había estado buscando en la web más información. Y de «causalidad» descubro al día siguiente este sitio maravilloso, donde cada link propuesto te lleva a nuevos y variados proyectos basados sobre los mismos principios: el respeto por el trabajo humano, el respeto por la tierra, el respeto por el intercambio de bienes y servicios. Son muchos, muchas y muy buenos los que están avanzando sobre este tema que a mi modo de ver tiene un orden de prioridad número 1. Si no logramos reinventar desde lo pequeño y cotidiano nuestros hábitos de consumo de manera responsable, conciente y comprometida, difícilmente sean posibles los cambios significativos en las escalas masivas que tanto desemos.
Desde que creé La Casa Naranja tengo ganas de armar un sector que tenga que ver con el consumo responsable y creo que con este post ¡estoy inaugurándolo!
Así que para este fin de semana, te propongo que averigues y visites el proyecto sustetable y orgánico más cercano a tu domicilio y veas de conseguir regalos de navidad que desde su mismo origen apoyen la ecología humana y ambiental. Estoy segura que al hacerlo padres y madres estaremos agregando un nuevo sentido a la celebración de estas Fiestas.
No se si lloverá mañana pero estuve hablando con mi marido de ir tempranito a Sabe la Tierra, en el tren que va camino a Tigre… aunque mi pequeño deambulador de 2 años haya opinado un tanto preocupado: «No, al tigre no que me da susto». Sonrío con felicidad por su graciosa inocencia y reflexiono para adentro… «a mí me dan susto otras cosas». Me da susto el consumo desenfrenado, contaminante del medio ambiente y de la propia esencia del ser humano. Pero no me voy a quedar en un teclado y una pantalla, criticando. Voy a sumar mi aporte y me encantaría que vos sumes el tuyo.
Comparto parte de mi lista de consumo responsable:
– Llevo una bolsa de tela plegada en mi cartera para cualquier compra eventual evitando usar así las de polietileno.
– No compro más juguetes de plástico con pilas de ningún tipo.
– Busco privilegiar el trabajo de productores locales.
– Fabrico con mis hijos juguetes con materiales de descarte y reciclado (un maple de manzanas con bolitas y una impresora vieja nos vienen entreteniendo hace meses).
– Reciclo mis residuos y los de mi familia. Lo hago con esfuerzo porque no hay un sistema organizado eficiente, pero lo hago igual.
– Pongo bajo supervisión mis deseos por objetos materiales nuevos. ¿Este deseo, surge de una necesidad real o de una imposición publicitaria? ¿Puedo resolver esta necesidad de otra manera? ¿Es la mejor opción en relación a costo y durabilidad? A veces la cosa se me complica con mis hijos, quienes están formándose cotidianamente como consumidores y mi anhelo es que lo hagan con conciencia, cultivando el consumo responsable. Pero a veces, ¡ay!, termino accediendo a comprar un paquete con tres muñequitos de plástico por un importe altísimo en relación a su costo porque de otro modo quedan excluídos de los juegos del recreo en el patio del colegio. Aquí es donde ser flexible, en mi experiencia, es también un buen aprendizaje (y debo seguir practicándolo porque me doy cuenta que me cuesta).
Quisiera que este comentario sea una forma de sumar mi aporte por una cultura de producción y consumo justo y responsable. Me encantaría que vos sumes el tuyo. ¿Habías pensado ya en el tema? ¿Qué acciones concretas propondrías para seguir sumando esfuerzos en pos de una ecología humana y ambientalmente sustentable?
En Mendoza hay redes de comercio justo que te mandan quincenalmente los productos que encargas por internet a tu casa, tienen variadas ofertas, comida, artículos de limpieza, musica etc…..es comodo y ecológico y apoyas la gestación de estos grupos. La de mendoza es el Almacen Andante, está en facebook, seguro que en Bs. As. hay muchas más….
Cariños
TANIA
Qué buen aporte! Gracias Tani!!!