Hoy quería contarles algo maravilloso. Es algo que viene sucediendo todos los viernes de 6 a 8 de la tarde. Un grupo de inteligentes, curiosos, audaces y serenos niños y niñas de 4 a 6 años se reúnen en mi taller para inventar juegos. Este grupo aun no se puso un nombre pero que yo creo que debería llamarse «Los Paparazzi» (aunque también sospechamos que podría llamarse «La cucaracha», pero sobre ella les contaré otro día).
¿Qué tiene de especial este grupo? En este tiempo hemos hecho literalmente de todo, desde crear juguetes hasta cocinar y desde diseñar mandalas con dibujos de bichos hasta hacer todo tipo de nudos con retazos de telas para formar una soga y saltar con ella. Pero lo maravilloso no es tanto lo que yo les propongo hacer en cada encuentro sino lo que ellos sugieren, comentan e inventan durante estas dos horas de libertad para jugar sin apuros ni exigencias.
Hoy es la primera vez que les cuento algo sobre este taller de juego y contaré sobre el primer encuentro que hicimos, hace ya unos cuantos meses. Mi propósito es el de compartir algunas ideas de juego creativo para que puedan aprovecharlas los lectores del blog. Aunque también lo hago con el deseo de inspirar a mis lectores adultos a que descubran el maravilloso potencial creativo que tienen todos y cada uno de los niños si se les da el espacio para expresarlo.
Aquel primer viernes, entonces, extendimos una alfombra mágica en el suelo (un mantel de picnic muy colorido) y nos fuimos volando al mundo de los cuentacuentos. Pero no hicimos tan largo viaje para escuchar una historia, sino para inventar la propia. Usamos tarjetones de imágenes como disparador de ideas (del juego Inventa Cuentos, de Pacopaquito diácticos) y surgieron cuentos breves, casi poéticos y sinceramente desopilantes. Luego vimos en la computadora imágenes de escenografías fantásticas y finalmente cada uno armó una escena de su cuento usando todo tipo de materiales.
Hubo una soga de tender la ropa convertida en liana junto a un calcetín viajero y un submarino con delfines, olas y un gran sol.
Sacamos la cámara de fotos y nos fotografiamos unos a otros. Les mostré mi cámara a los chicos, hablamos de los cuidados del lente, de las funciones básicas que tiene y cada uno hizo algunas tomas de las escenografías creadas por los amigos. Parecía que allí terminaría todo cuando se nos ocurrió una idea genial: ¡jugar a los paparazzi! No sabría decir quién fue el que tuvo la idea, ¡en verdad en el recuerdo siento que se nos ocurrió a todos al mismo tiempo!Todos éramos artistas famosos escapando de la cámara. Los chicos corrían por todo el patio intentando no salir fotografiados, riendo a carcajadas, radiantes. Después bajamos las fotos a la compu para ver los resultados del juego. Fue un verdadero éxtio y así es como este grupo encontró su nombre. La mamá de uno de los nenes, que tiene otro hijito de 2 años también me comentó sobre el juego diciéndome que el chiquitín pide una y otra vez jugar a «papazis». Ahora todas las veces hay que jugar un ratito a los paparazzi en el momento de juego libre.
¿Les gustó esta idea de juego? ¿Saben algo más? ¡Les aseguro que esto mismo puede suceder en un cumpleaños, cuando simplemente estamos dispuestos a permitir que los chicos organicen su propio juego en libertad y esto es algo que Pedí3Deseos busca generar y propiciar en todas las fiestas que planificamos!
Quiero que sepan que los chicos y chicas del grupo de juego de los viernes continuaron creando muchos juegos más que son verdaderamente insólitos, sencillos y divertidísimos. Iré compartiendo algunas otras anécdotas con el tiempo y me gustaría muchísimo leer las de ustedes. ¿Qué juegos creativos, sencillos y disparatados inventan sus hijos y estudiantes?
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