Sensiblidad musical y motriz
Para empezar a jugar te propongo que uses música tradicional con sonidos de tambores y que le cuentes a tu hija que van a escuchar juntas una música muy especial.
Se pueden sentar las dos en el suelo y mientras la música suena da palmadas al ritmo en el piso o sobre tus piernas. Luego, comenzá a hacerlo sobre las piernas de ella, dando suaves palmaditas de arriba hacia abajo y a la inversa. Después de este “masajito” al ritmo en las piernas, podés levantarte y comenzar a marcar el pulso con tus pies en el suelo, alentándola a que ella haga lo mismo aunque no es necesario que lo haga. La idea es disfrutar sin forazar nada y dejarse llevar por el ritmo de los tambores.
- de la fantástica película Kiriku, ¡te la recomiendo!
Variantes para agregarle otros días:
Escuchar la misma canción pero percutiendo un tambor para acompañar el ritmo. Podés convertir fácilmente una cacerola, un tupper invertido o un tarro en un sonoro instrumento.
- Podés tocar junto con ella probando las diferentes sonoridades que tiene en el centro, en los bordes y en los laterales.
- Si tenés palillos de madera genial, pero también podés usar una cuchara de madera y una de metal para explorar distintas sonoridades. Si querés podés fabricar un palillo casero forrando la punta de una cuchara de madera con wata (o gasa) y tela atado con hilo.
- Poco a poco, alentala a que se ponga de pie y que juegue con su propio cuerpo como si ella misma fuera un tambor que acompaña la música, dando pasitos, marcando el ritmo flexionando las rodillas y palmeando con las manitas comenzando a bailar.
- Después de la actividad, volver a la calma, bajando el volumen de la música y recostándose en el suelo, sobre un colchón, alfombra o en el piso si no es frío. Podés llevarle con suavidad la manita a tu corazón o al suyo y mostrarle cómo late… ¡como un pequeño tamborcito!
Esta actividad estimulará su equilibrio y coordinación para caminar, su gusto por la música y el baile, su escucha activa y el descubrimiento de las posibilidades de su propio cuerpo así como el latir de su corazón.
Hay muchas canciones tradicionales que podés usar con tambores aparte de la que te mando, por ejemplo, Apu el indiecito o tal vez, como hacen algunas tribus africanas, crear la canción de tu bebé para que lo acompañe durante toda su vida.